jueves, 23 de julio de 2009

GUSTAV KLIMT II

Las sonatas de Franz Schubert, los Lieder y las sinfonía de Gustav Mahler y la desconcertante modernidad de la música de Arnold Schönberg acompañan la evolución de las artes figurativas hacia las conquista de un lenguaje expresivo plenamente coincidente con la atmósfera de la época. Pero es el nacimiento del psicosnálisis se Sigmund Freud el que establece una barrera entre las sólidas certezas del positivismo decimonónico y la inquietante inestabilidad del nuevo siglo. Poco a poco, todas las manifestaciones del arte se hacen intérpretes de la doblez interior de la naturaleza humana. La dimensión del inconsciente se insinúa en el interior de los mecanismos creativos de principios de siglo, estimulando la producción de obras teatrales, literarias, musicales y pictóricas destinadas a convertirse en los emblemasmismos de la conciencia contemporánea. El sujeto, celebrado como protagonista absoluto de la actividad creativa, es indagado en sus manifestaciones más recónditas. Al artista no le queda otra cosa que exhibir, ante las miradas rapaces de los consumidores de arte, su propia "desnudez" existencial y estética.


Fuente : Libro: El retrato (obras maestras entre el retrato y la eternidad)

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