Diseñadas inicialmente como muebles para almacenar la ropa blanca, en la actualidad siguen desmpeñando, principalmente, esta función . Durante años, su espacio natural ha sido el dormitorio, pero poco a poco han ido ocupando otros lugares de la vivienda, pues su gran capacidad para guardar cosas muy diversas las convierte en un mueble muy útil. El único límite es el espacio de que se disponga, ya que suelen ser muebles de grandes dimensiones.
El principal inconveniente de las antiguas cómodas es, también, su principal virtud: los grandes cajones de que disponen pueden almacenar gran cantidad de cosas, pero resultan muy pesados, poco manejables en la práctica... y, muchas veces, ni tan sólo llegan a llenarse.
Por ello, las cómodas más actuales han modificado ligeramente su diseño y presentas de dos a tres cajones por hilera, muchas veces de forma asimétrica, de modo que permiten clasificar mejor los objetos guardados y se mejora también su uso.
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