sábado, 30 de mayo de 2009

DORMITORIOS : EL VERDADERO REFUGIO




ES LA ESTANCIA MÁS ÍNTIMA de la casa y, por lo tanto, la que permite más concesiones. Es conveniente crear una atmósfera en la que te sientas realmente a gusto; sofisticada, con unas alfombras de piel de cebra y un cabecero tapizado en piel negra; romántica, con una bella cama con dosel; artística, utilizando una puerta de madera tallada recuperada como cabecero; o viajera, con unos pufs marroquíes como mesitas.

Conseguir esa atmósfera tan especial no es fácil y requiere una correcta selección de los elementos. Todos suman, desde la pieza principal, que es la cama, hasta el último complemento.

Para empezar, hay que pensar en los revestimientos. En el suelo, conviene contar con una alfombra que ayude a abrigar la estancia, sobre todo, en inv¡erno. En cuanto al color de la pared, lo mejor es decantarse por los colores suaves que inviten al descanso. Otra idea elegante es empapelar o entelar la pared.

SELECCIONAR EL CABECERO:

La elección del cabecero de cama depende del estilo que queramos ofrecer al dormitorio. Los diseños de madera de roble o de pino y los de hierro forjado son ideales para imprimir un aire rústico a la estancia; mientras que los cabeceros realizados en maderas tropicales, como la teca, ayudan a dar un toque exótico al dormitorio. En los ambientes clásicos encajan los cabeceros tapizados en telas ricas, como los damascos, los jacquards o las sedas; además, se puede acentuar el efecto con una confección en capitoné. Y los amantes de las tendencias más actuales tienen un amplio abanico de propuestas, tanto en diseños realizados como maderas en boga (el wengué, el zebrano o el ébano) o con tapizados (el cuero, el ante, la alcántara o la chenilla).

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