Con un color determinado podemos diseñar ambientes que motiven cierto estado de ánimo. Por ejemplo:
* El rojo despierta interés y estimula los sentidos.
* El anaranjado transmite calidez.
* El azul es frío pero a la vez comunica serenidad.
* El verde es excelente para crear una atmósfera de reposo. Sin embargo, para usarlo en presentaciones visuales se le debe combinar con los amarillos y anaranjados.
* El púrpura da efectos extraordinarios a un local, generando sensaciones de dramatismo y misterio.
* El amarillo es cálido y alegre; se recomienda combinarlo con otros colores.
* Los colores neutros como el negro, blanco, gris, etc., transmiten emociones. Así, el negro en un ambiente de ropa elegante, comunica riqueza y refinamiento.
Norteamericanos, Franceses, Rusos, Japoneses y muchos otros han estudiado, de manera consciente, los efectos del color sobre el individuo, considerándolo aisladamente y sobre el individuo como el constitutivo de la masa.
Una de las conclusiones a la que se ha llegado es que la mirada humana percibe la forma antes que el color. Es decir, si se acerca al centro del campo visual humano, se observa en forma progresiva, es decir al observar un pedazo de papel de determinado color, el sujeto percibe primero la forma antes que el color que lo Compone.
Por lo tanto, si con la forma logramos el primer impacto, el color es fundamental para retener la atención y actuar sobre la capacidad reflexiva emocional del individuo.
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