viernes, 16 de mayo de 2008

VIVIENDA: LOS CONCEPTOS EN SUS ORIGENES

Ocurrió hace mucho tiempo. Alguien, en algún remoto lugar que podríamos situar en un paisaje de Africa central hace unos 70.000 años, se sintió cansado en su caminar. Tal vez viajaba de un lugar a otro o, simplemente, buscaba algo con que alimentarse; pero, en todo caso, se detuvo a descansar.
Su decisión fue poco premeditada, pero el lugar escogido no fue en absoluto casual. Aquel sitio permitía observar de frente a cualquier ser que se aproximara, fuera persona o animal. Podía prever cualquier visita, cualquier ataque, y también observar el paso de alguna posible presa si lo que pretendía era cazar. Por otro lado, unos salientes en la roca lo protegían del viento de la sabana, proporcionándole tranquilidad.
Al rato, notó el suelo excesivamente duro y unos matojos cercanos, a modo de cojín, hicieron su reposo más placentero. Era un sitio verdaderamente agradable, y pasó el tiempo. El Sol se había desplazado y su luz le empezó a deslumbrar. Además, sintió calor. No lo pensó dos veces, las rocas le ofrecían cobijo y unas ramas de árbol más cercano, que colocó frente a su refugio, le proporcionaron sombra. Cerca encontró comida, unas frutas, y un poco más lejos sació su sed en un riachuelo. Decidió que aquél era un buen lugar para pasar la noche, y permaneció algunos días en él.
Durante un tiempo aquello fue su vivienda, y decidió quedarse allí. Cuando llegaron los demás, terminó de completarlo, mejorándolo constantemente: se había convertido en su hogar.
La idea de hogar, de vivienda, aparece con la decisión de acondicionar un lugar para adecuarlo a las propias necesidades, incluídas las que hacen referencia a aspectos sociales -como la reunión alrededor del fuego- o espirituales -como las decoraciones en las cavernas, por motivos religiosos o rituales-. Tales conceptos han llegado hasta nuestros días, adoptando formas adecuadas a cada momento, producto de cada época y lugar.

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