martes, 20 de mayo de 2008

DECORACIÓN EXUBERANTE: HERENCIA DEL BARROCO

En la época de transición entre los siglos XVI y XVII, el mueble empezó a convertirse en un elemento fijo de la vivienda: los modelos empezaron a multiplicarse y su tamaño aumentó de forma notable, debido en parte al desarrollo que experimentó la arquitectura en Francia, en tiempos de Luis XIII (1601-1643), y su influencia en las monarquías europeas.
A finales del siglo XVI apareció el movimiento Barroco. Por una parte de los historiadores, el Barroco representa una adquisición fundamental que ilumina la historia de las artes y de las ideas desde la época final del Renacimiento hasta la Revolución francesa.
De acuerdo con esta concepción, el Barroco se convierte en la expresión estética de una sociedad profundamente monárquica; su vanidad, su gusto por la grandeza exagerada y su sentido especial para la creación de majestuosas escenografías están destinados a exaltar la gloria del soberano y de su corte. Sus búsquedas y hallazgos ornamentales testimonian una voluntad que trata de destacar la perfección alcanzada por la clase social dominante.
Bajo estos principios se construyeron numerosas residencias y, al mismo tiempo, los castillos que se edificaban en el campo fueron perdiendo definitivamente su aspecto defensivo medieval hasta adquirir la apariencia residencial de palacios.
En su interior comenzó a desarrollarse la distribución de las habitaciones, y se acostumbraba celebrar recepciones en las salas o en las galerías para fiestas. En las mansiones parisienses hizo su aparición el comedor, entendido como estancia destinada únicamente a esta actividad.
Por otro lado, las salas de recepción estaban relativamente poco amuebladas; las comodidades se reservaban para las cámaras o dormitorios y antecámaras, donde se desarrollaba la vida privada, con lo que se convirtieron en confortables y acogedoras dependencias.
La decoración llegó a desempeñar un papel muy importante, y la utilización de tejidos, por lo general de origen italiano, para el revestimiento de muebles se fue haciendo cada vez más frecuente. Los tapices murales de entonces son un antecedente del papel pintado posterior.
También se enriquecieron las habitaciones de la nobleza y de la burguesía , que se instalaron en los nuevos palacios construídos en la ciudad.
Todo ello dio lugar a una era en la que la decoración desempeña un papel muy importante dentro de la vivienda. Cueros grabados o bellas tapicerias cubrieron paredes, se pintaron los techos y se decoraron los revestimientos, y surgieron conjuntos de objetos de orfebrería, estaño, cobre, y otros materiales como objetos ornamentales que se exhibían encima de los muebles. Del Barroco nos queda la herencia, en relación al interiorismo doméstico, de la exuberancia en la decoración o el mobiliario.

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