sábado, 30 de mayo de 2009

EL ARTE DE LA ILUMINACION


SI LA LUZ DEL SOL aporta vitalidad y amplitud a un espacio, los puntos de iluminación artificial son fundamentales a la hora de crear atmósferas y definir los ambientes de una estancia. Aunque a priori parezca un tema secundario , lo cierto es que la iluminación es una asignatura pendiente en la mayoría de las casas.

Una buena iluminación es aquella que se adapta a los diferentes escenarios que se plantean en una estancia en la que se realizan actividades distintas, como es el caso el salón comedor. Es obvio, que no se necesita el mismo tipo de luz cuando se cena, que cuando se está de tertulia con los amigos o se ve la televisión. Cada ambiente requiere unas condiciones de luz diferentes, por lo que el principal objetivo debe ser evitar una iluminación uniforme y plana, que no tenga en cuenta estos condicionantes. De ahí se deriva una de las reglas de oro de la iluminación: conviene huir de los puntos de luz " únicos " para toda la habitación, como el clásico plafón en el dormitorio o la lampara de techo en el salón. Por el contrario, se recomienda disponer de diversos tipos de luz por el espacio. De ese modo, también se evita otro de los grandes errores: un exceso de claridad concentrada. Al diversificar los puntos, se puede recurrir a modelos de menos potencia, que proyectan una luz mas agradable.

PROGRAMAR LA LUZ.

Los modelos con regulador de intensidad resultan perfectos, ya que permiten ajustar la luz a las necesidades de cada momento.
Además de la luz general y la ambiental, es importante recurrir a la iluminación " de realce ", que es la que se emplea para dar protagonismo a un elemento. Se pueden emplear focos para realzar un cuadro, o bien unos apliques para potenciar la librería. Al aplicar la luz de forma lateral se logra un bello efecto, pues se aprecia con todo detalle la textura, la forma y el color de la pieza.
En definitiva, hay que aprender a jugar con las sensaciones que producen la luz artificial. Apuesta por la combinación de la luz cálida de las bombillas de tungsteno con la mas blanca de los halógenos; utiliza puntos de luz indirectos, que bañen el techo desde abajo, o atrévete incluso con la " retroiluminación ". El objetivo es que sean decorativas no solo las lamparas en si mismas, sino también el efecto que crean.

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