Las lámparas convencionales, pierden entre el 20% y el 50% de la luz generada debido a la falta de direccionamiento en la fuente de la luz, pérdida que se convierte en contaminación lumínica en el ambiente. Los LEDs superan este problema, al disponer de una fuente de luz direccional. Por tanto no contaminan el espacio con luz innecesaria. La contaminación lumínica es la que por las noches en las ciudades, no permite ver el cielo estrellado.
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