sábado, 4 de diciembre de 2010

EL BRONCE

Para que el bronze esté siempre reluciente, se debe limpiar periódicamente mediante el siguiente truco casero: Se llena un pequeño barreño con agua caliente y se añade 1/2 vaso de vinagre y 1/2 de amoniaco. Luego se impregna un cepillo de cerdas finas en esta solución y se frota el bronce. Se aclara con agua y se le saca brillo con un trapo de piel de camello.

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