viernes, 12 de febrero de 2010

MIGUEL ANGEL BUONARRROTI (II)

(Ezequiel.Capilla Sixtina.Miguel Angel)

Escultor, pintor, arquitecto y poeta italiano, dejó impreso en el arte su fogoso temperamento. En 1483, con 13 años, entró de aprendiz en el taller florentino de Ghirlandaio, con el que permaneció poco tiempo. Su primera escultura llamó la atención de Lorenzo de Médicis, jefe de la República florentina, que le abrió las puertas del palacio en 1489, pasando a frecuentar entonces la academia artística que los Médicis habían instalado en el jardín de San Marcos de Florencia; aquí conoce la escultura de Donatello a través de Bertoldo di Giovanni que se reflejaría en sus primeras obras: La Virgen de la escalera y Batalla de Centaurus. Adquirió una profunda formación intelectual y humanística.

Su vida se va a caracterizar por sus viajes, y ya en 1492, con la muerte de Lorenzo de Médicis, viaja por Venecia y Polonia, donde contempla las esculturas de Jacopo della Quercia en la iglesia de San Petronio, cuya monumentalidad influirá en su arte posterior. En 1495 regresó a Florencia y esculpió El descendimiento y la Virgen de Manchester.

Al año siguiente viajó a Roma por primera vez, donde alcanzó fama con sus obras Baco ebrio (Museo Gargallo, Florencia) y La Piedad (Vaticano). En 1501 vuelve a Florencia, donde va a desarrollar una gran labor escultórica, destacando el David (Academia de Florencia), obra que despertó el asombro y la envidia. Por esta fecha realiza también el Tondo Doni (galería de los Uffizi), en el que las figuras de la Sagrada Familia ofrecen gran sentido escultórico.

Su estancia en Florencia es corta, ya que en 1505 fue llamado a Roma por el papa Julio II, quien le encarga un mausoleo que Miguel Ángel concibió de manera grandiosa en la basílica Vaticana que construía Bramante. En principio, el mausoleo iba a constar de 40 estatuas, pero sólo realizó las de Moisés (iglesia de San Pedro ad Vincula, Roma); Dos esclavos (Museo del Louvre, Paris) y la del Genio de la Victoria (Palacio Viejo, Florencia).
Los proyectos de este colosal mausoleo se fueron modificando hasta interrumpirse temporalmente en 1508, en que recibió el encargo de pintar la bóveda de la Capilla Sixtina (Vaticano, Roma), edificada en 1475 por Giovannino Dolci, bajo Sixto IV; aquí Miguel Ángel demuestra su sabiduría de arquitecto, escultor y pintor, ejecutando prácticamente sin ayuda una obra maravillosa que dio por terminada el 1 de noviembre de 1542.

En ella plasma la grandiosidad del relato bíblico por medio de un espacio arquitectónico fingido, dividiendo el espacio con lunetos y pecinas donde sitúa las escenas del Génesis, junto con figuras de profetas y sibilas que significan la integración del mundo pagano y del cristiano, además de pasajes de los antepasados de Cristo; técnicamente utiliza la pintura al fresco con un marcado dominio del dibujo y gama cromática uniforme, destacando el desnudo y el carácter volumétrico de las figuras.

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