Las paredes admiten colores variados, que combinan con el mobiliario. Los preferidos son del blanco, marfil, rosa claro, beige y tonos pastel, o algunos colores cálidos en tonos neutros. Los papeles pintados son excelentes para armonizar los espacios románticos. También se emplean zócalos, molduras y apliques para complementar la decoración de paredes y suelos.
Las maderas para el mobiliario son claras, o están pintadas con colores pálidos.
Las camas llevan dosel o respaldares forrados, también podemos cubrir la pared de cabecera con alguna tela o gobelino.
El empleo de flores y velas en el salón y el comedor, son casi obligatorios y contribuyen a conseguir el ambiente ideal.
La iluminación en el estilo romántico debe ser semi-difusa, proveniente de apliques y lámparas.
Los objetos decorativos han de ser preferentemente de porcelana. El baño y la cocina también observan las características de este estilo.
Las molduras y la presencia de una chimenea en el salón, son distintivos de la decoración romántica. La que nos recibe con espacios plenos de intimidad.
Las ventanas se cubren con visillos livianos y cortinas muy fruncidas. En la tapicería, el jacquard, el terciopelo, el algodón con motivos florales, se emplean indistintamente en cojines, tapizados, cortinas, e incluso en los entelados de las paredes. Las mesas se cubren con manteles y los pisos con alfombras, para lograr espacios cálidos y confortables.
El mobiliario es de maderas claras, o tratadas con decapados y patinados, mostrando un aspecto en ocasiones envejecido.
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